El fenómeno del "consumo vampiro" se revela como un gasto energético invisible pero significativo, según el académico de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andrés Bello, Sebastián Lira. Este consumo, que se da cuando los dispositivos están enchufados sin ser utilizados, puede representar entre el 5% y el 10% del consumo energético de un hogar promedio, según la Agencia Internacional de Energía.
En un artículo para la UNAB, Lira destaca que este derroche energético tiene un impacto directo en el calentamiento global, contribuyendo al aumento de emisiones de carbono. Dispositivos cotidianos como notebooks, televisores y cargadores de celular forman parte de este problema, generando una demanda innecesaria de electricidad.
El experto advierte sobre las consecuencias específicas de dejar cargadores de teléfonos celulares conectados. Aparte de contribuir al "consumo vampiro" general, esto puede resultar en sobrecalentamiento, representando riesgos de incendio y daño a los dispositivos. El uso continuado del cargador también puede desencadenar desgaste y daño tanto al cargador como al teléfono, afectando su vida útil.
El Periódico de España agrega más riesgos, destacando el peligro de descargas eléctricas para niños y mascotas. Además, la conexión constante de cargadores contribuye al aumento de la demanda de electricidad, intensificando la generación de emisiones de carbono.
En un mundo enfocado en la sostenibilidad, la advertencia es clara: el "consumo vampiro" no solo impacta en las facturas de electricidad, sino que también tiene consecuencias medioambientales significativas. Adoptar prácticas responsables es esencial para reducir nuestra huella ambiental y contribuir a un futuro más sostenible.